La lechuga pertenece a la familia delas Compuestas (Lactuca sativa L.) es una planta anual, propia de las regiones semi-templadas, que se cultiva con fines alimentarios y se aprovechan las hojas.

Es una especie extraordinariamente polimorfa en colores (verdes, amarillentas, moradas), texturas (crujientes, mantecosas, batavias) y diferentes formas de hojas. Las hojas son de sabor dulce y son consumidas crudas. Se pueden cultivar y consumir durante todo el año.
La lechuga Romana es de cogollo alargado, con hojas algo abullonadas. Hojas crujientes y muy dulces. Es la lechuga más típicamente española.

CONSEJOS GENERALES PARA EL CULTIVO

  • Prefiere los climas templados y húmedos. Hay variedades de lechuga aptas para cultivar en diversas condiciones de clima, zona y época durante el año. Para obtener una adecuada producción en cantidad y calidad se deberán elegir las que se adapten mejor. Si no seguimos estas premisas puede dar lugar a la aparición de fisiopatías, falta de desarrollo o una rápida subida a flor.
  • Para conseguir buenas piezas en tamaño y calidad se deben cuidar adecuadamente.
  • En el semillero:
  • Utilizar un sustrato adecuado para el desarrollo de la lechuga hasta el momento del trasplante (5-7 hojas). Es recomendable usar bandejas para hacer plantas con cepellón, las cuales tendrán un menor número de fallos tras el trasplante.
  • Escoger la variedad adecuada para el tipo de cultivo, época de siembra y exigencias del mercado .
  • Después de la siembra es aconsejable mantener la temperatura cercana a 5ºC durante 48 horas para evitar la dormancia.
  • Más tarde la temperatura se mantendrá entre 20 y 25ºC y con humedad constante elevada. Tratar con fungicidas e insecticidas si fuera necesario. Con estas condiciones a los 25-30 días se obtendrán plantas listas para trasplantar.

En el terreno definitivo:

  • Buscar parcelas bien drenadas y preparar el suelo de formas que quede perfectamente mullido.
  • Abonar con un fertilizante de fondo equilibrado (2-1-3).
  • Añadir un insecticida efectivo para combatir las posibles plagas de suelo.
  • Mantener el campo libre de malas hierbas.
  • Es recomendable la plantación en pequeños caballones para evitar problemas de pudrición tanto en cuello como en raiz.
  • El marco de plantación puede oscilar entre 20-40 entre plantas y 30-60 entre líneas.
  • Aportar el agua de riego controlada para que haya una humedad lo más constante posible en el suelo. Su falta provocará la subida a flor prematura y poca pudrición y el exceso asfixia, pudriciones y carencias.
  • Cuidar con esmero la sanidad del cultivo evitando los ataques de pulgones y trips con productos preventivos autorizados ya que son los tramisores de diferentes virosis y controlar con fungicidas el Mildiu , Botritys y Sclerotinia.
  • Los aportes nitrogenados en cobertera son aconsejables y se deben fraccionar en 2-3 veces llegando a 100 U.N./Ha, siempre antes del inicio del acogollado.